sábado, 26 de mayo de 2018

Célibes involuntarios

Publicado en El Espectador, Mayo 31 de 2018
Reproducción de la columna después de las gráficas





Las monumentales discrepancias entre la soltería femenina y la masculina invitan a replantear la discusión sobre sexo y poder. 

En 2014, un universitario californiano fracasado colgó en Youtube ‘La Venganza de Elliot Rodger’. Allí explicaba por qué atacaría indiscriminadamente a un grupo de mujeres y, además, la sede de la “hermandad femenina más caliente” de la universidad. "Tengo 22 años y aún soy virgen, ni siquiera he besado a una chica. Con dos años y medio en la universidad, sigo virgen. Ha sido muy tortuoso. La universidad es para experimentar cosas como el sexo, la diversión y el placer. En esos años he tenido que pudrirme en la soledad, no es justo. Ustedes, niñas, nunca se sintieron atraídas por mí. No entiendo por qué, pero las castigaré a todas. Es una injusticia, un crimen… soy el tipo perfecto y aún prefieren hombres odiosos en lugar de a mí, el caballero supremo”. Tras matar seis personas, herir a otras y suicidarse, Rodger se convirtió en el más conocido de los solteros involuntarios, los Incel (involuntary celibate). 

El mes pasado, en Toronto, Alek Minassian atropelló con una furgoneta a varios peatones dejando 10 muertos y 15 heridos. Había escrito en Facebook: "¡La 'Rebelión Incel' ha comenzado! ¡Derrocaremos a todos los Chads y Stacys! ¡Saluden al supremo caballero Elliot Rodger!". En la jerga Incel, los Chads son los hombres seductores y arrogantes que conquistan y monopolizan a las Stacys que sucumben a sus encantos. Los Normies somos el resto de mortales. 

Al estudiar a las maras y pandillas centroamericanas planteé que una razón para esa violencia entre pares es la lucha por mujeres. Héctor Abad llegó a la misma conclusión observando los sicarios de Medellín, “muchachos desempleados, sin estudio… sin futuro productivo ni reproductivo, es decir, sin oficio y con peladas que pasan y nunca se los dan”. 

En distintas sociedades y épocas los grupos de jóvenes solteros han sido, más que un problema, una bomba de tiempo. Muchas rebeliones en la historia resultaron de desequilibrios demográficos con marcado déficit femenino. El consuetudinario afán militar por ofrecerle a la tropa algún tipo de “consuelo” ha sido más una necesidad que un capricho machista. En la Edad Media, las autoridades de algunos pueblos franceses y andaluces montaron mancebías, burdeles municipales, para aplacar a las bandas que violaban casadas y doncellas. Civilizar jóvenes y guerreros no ha sido una tarea fácil. Los Incels hacen explícita la razón de su ira. 

Una característica de la sexualidad femenina es ser excluyente. Las hembras de los chimpancés son promiscuas sin importarles con quién copulan. En los seres humanos las mujeres eligen de manera muy selectiva. La violación es un ataque directo a esa prerrogativa de elegir, que normalmente apunta por encima del promedio: en salud, apariencia y productividad, características que en conjunto implican un estatus privilegiado. La idea de un sistema patriarcal bajo el cual hombres homogéneos someten mujeres no concuerda con la rígida estratificación de la población masculina: existen pocos Chads, sexualmente atractivos y poderosos, el bulto somos Normies monóganos, y una minoría rechazada de Incels ansían sexo pero son rechazados, o aniquilados por rivales. 

No es accidental que entre los ancestros de la humanidad haya el doble de mujeres que de hombres. “En promedio, a lo largo de la evolución, las mujeres han tenido más chances de reproducirse (80%) que los hombres (40%)” entre quienes las diferencias en el éxito reproductivo han sido mucho mayores. Cerca del 8% de la población de un vasto territorio asiático desciende de Genghis Khan y sus parientes varones. La angustia existencial de los Incels es más visceral, genuina y cruel que la de Jean Paul Sartre. 

Las culturas no surgieron de un enfrentamiento de hombres contra mujeres, como plantea la teoría del patriarcado, sino de grupos masculinos luchando entre sí, asumiendo enormes riesgos, estableciendo “relaciones poco profundas, menos necesarias para la supervivencia… compitiendo por respeto y otros recursos que acabaron distribuídos de manera muy desigual”. Un economista provocador se pregunta: “si tanto nos preocupa la distribución justa de la propiedad y el dinero, ¿por qué suponemos que buscar algún tipo de redistribución sexual es inherentemente ridículo?”.

Los Incels violentos deben ser capturados y sancionados con todo el peso de la ley, llámemoslos agresores, violadores potenciales, asesinos o terroristas, condenemos cualquier relación no consensual que pretendan tener, aceptemos que requieren algún tipo de terapia, reivindiquemos los avances de esta cultura que grupos de hombres compitiendo, guerreando y tardíamente reforzados por el feminismo lograron imponer pero, por favor, no acusemos de misóginos a esos solteros vírgenes, furiosos y enceguecidos por no poder conquistar a la mujer con la que sueñan tener sexo, tal vez reproducirse y, en últimas, darle sentido a sus vidas y alcanzar alguna trascendencia. 


REFERENCIAS
Abad Faciolince, Héctor (2001). “Los genes de las sabinas”. Jornada Nuestro Amor, Nuestra Violencia. Eafit, Medellín

BBC (2018). "Toronto: al menos 10 muertos y 15 heridos luego de que una furgoneta atropellara a peatones en una concurrida calle de la ciudad canadiense". BBC Mundo, Abril 24

BBC (2018a). “Célibes involuntarios: la oscura comunidad misógina a la que pertenecía Alek Minassian, el hombre acusado del atropello masivo en Toronto”. BBC Mundo, Abril 25


BBC (2018b) "Lo que se sabe de Dimitrios Pagourtzis, el supuesto responsable del tiroteo en una secundaria en Texas que dejó 10 muerto". BBC Mundo, Mayo 20

Brown, Drew (2018). “Toxic Masculinity Is At the Heart of This Darkness”. Vice, April 25

Chemaly, Soraya (2018). “Focus Should Be on Boys & Men Who Can’t Take No for an Answer”. FSTV, May 21

Douthat, Ross (2018). “The Redistribution of Sex”. The New York Times, Mayo 2

Garvey, Megan (2014). “Transcript of the disturbing video 'Elliot Rodger's Retribution'”. Los Angeles TimesMay 24


Tierney, John (2007). “Is There Anything Good About Men? And Other Tricky Questions”. TiernyLab Blog, The New York Times, Aug 20

Tierney, John (2007). “The Missing Men in Your Family Tree”, The New York Times, Sep 5

Zerjal, Tatiana et. al. (2003). “The Genetic Legacy of the Mongols”. The American Journal of Human Genetics, Vol 72, Nº 3, p717–721, March

viernes, 18 de mayo de 2018

Mujeres que se peinan solas

Publicado en El Espectador, Mayo 24 de 2018








Branigan, Tania (2014). “No regrets, say the Chinese women who chose independence over marriage”. The Guardian, July 3

Dolan, Eric W (2018). “New psychology research links personality traits to evolutionary fitness”  PsyPost, April 12

Rodríguez, Cecilia (2017). "Solterita y NO a la orden". El Tiempo, Dic 2

Rubio, Mauricio (2015). “Matrimonio, lavado de calzoncillos y cuernos”. El Espectador, Ago 12

Sanín, Carolina (2011). "Posición personal". El Espectador, Feb 27

Silva Romero, Ricardo (2016). “Viva el Partido Liberal”. El País, Sep 20

Vidal Liy, Macarena (2018). “Las mujeres chinas que se peinaban solas”. El País, Abr 23




lunes, 7 de mayo de 2018

Viejitos queer

Publicado en El Espectador, Mayo 17 de 2018






Cooper, Christine A, et. al (2009), “Prevalence of hypersexual behavior in Parkinson’s disease patients”. Int J Gen Med. ; 2: 57–61.

Cuéllar, Lina (2015). "La mano entre las piernas". Sentiido, Jul 28


Klos, Kevin J. et. al. (2005). “Pathological hypersexuality predominantly linked to adjuvant dopamine agonist therapy in Parkinson's disease and multiple system atrophy”, Parkinsonism, Sep, Volume 11, Issue 6, Pages 381–386

Reisen, Carol et. al. (2010) “Sex in public and private settings among Latino MSM”. AIDS Care. Jun; 22(6): 697–704.

Rubio, Mauricio (2012). "El paseo por una mujer". La Silla Vacía, Enero 10

Sentiido (2013). "Queer para dummies". Ago 10


Voon, Hassan et. al. (2006) “Prevalence of repetitive and reward-seeking behaviors in Parkinson disease”, Neurology Oct 10;67(7):1254-7

domingo, 6 de mayo de 2018

Miedo e instinto de supervivencia

Publicado en El Espectador, Mayo 10 de 2018






Bensussan, Paul et Marie de Vathaire  (2018) “Défense de Brigitte Lahaie”. Causeur, 24 Janvier


Bracha, Stefan (2004). “Freeze, Flight, Fight, Fright, Faint: Adaptationist Perspectives on the Acute Stress Response Spectrum”. CNS Spectrums Vol 9 – Nº 9, September

Cappai, Chloé (2018). "Brigitte Lahaie fond en larmes après ses propos polémiques". Planet, Jan 12

Cedeira, Brais (2017). “"¿Se opuso usted al violador?": la pregunta clave del juez que quiere soltar a 'La Manada'”. El Español, Dic 6

Levin, Roy & Willy van Berlo (2004). “Sexual arousal and orgasm in subjects who experience forced or non-consensual sexual stimulation - a review”.  Journal of Clinical Forensic Medicine, April 11(2) II 82-88

Hopper, James (2015) “Why many rape victims don’t fight or yell”. The Washington Post, June 23

Lindo, Elvira (2018). “Lamento insistir”. El País, Abril 29

Schmidt, Norman, Anthony Richey, Michael J. Zvolensky, & Jon K. Maner (2008). “Exploring Human Freeze Responses to a Threat Stressor”, J Behav Ther Exp Psychiatry. Sep; 39(3): 292–304.

Xue, Adriana (2017) “Rape Myths: Vaginal Arousal, Lubrication, and Orgasm in Female Sexual Assault”. Westland Academy, Jun 19


martes, 1 de mayo de 2018

Los jueces, la Manada y el atracador

Publicado en El Espectador, Mayo 3 de 2018


Causó indignación el falllo por la violación grupal de una joven en las fiestas de San Fermín, en España.


Para los jueces, la víctima de la banda conocida como ‘La Manada’ sufrió “abuso sexual continuado”; no hubo agresión, violencia ni intimidación, a pesar del “agobio y desasosiego que le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, (haciendo) lo que los procesados le decían, la mayor parte del tiempo con los ojos cerrados”. La misma sentencia anota que los atacantes “se dirigían a la cámara de grabación, jactándose de sus acciones sobre la denunciante, a quien en ningún momento se le aprecia expresión de disfrute alguno, sino de hastío e incluso dolor”.


La resolución judicial de esta violación recuerda una sentencia de 2009 de la Corte Suprema de Justicia colombiana, divulgada por El Espectador en 2017, según la cual cuando la víctima no opone resistencia a su agresor hay consentimiento. El caso había ocurrido en 2007 cuando Dennis Lorena y Amalia salieron a la madrugada de un bar, cinco desconocidos las rodearon y uno de ellos manoseó a Dennis sin importarle que protestara; los delincuentes intensificaron las amenazas y las llevaron a un parque donde “las intimidaron, las empujaron contra una pared y les robaron sus teléfonos celulares y bolsos de mano”. Cuatro de ellos huyeron y el quinto amenazó con “chuzar” a Dennis para obligarla “a bajarle el pantalón y practicarle sexo oral” mientras tocaba los senos de Amalia. Le ordenó desnudarse pero tuvo que irse porque unos taxistas llegaron a ayudarla. 


En primera y segunda instancia el caso fue fallado en contra del atacante; llegó a la Corte Suprema y le correspondió la revisión al magistrado José Leonidas Bustos. La defensa insistió que hubo consentimiento: “una mujer que va a ser accedida carnalmente entra en llanto, angustia, rabia, desesperación y hace lo imposible para evitar que se consume tal hecho”. Con la protesta de dos magistrados, Bustos aceptó esa peregrina tesis. “Si las supuestas ofendidas sostuvieron que el acusado no ejerció violencia física, no se entiende cómo Dennis Lorena Cortés accedió a quitarse el pantalón ajustado que llevaba la noche de los hechos… Tampoco se comprende la razón por la cual ninguna de las mujeres huyó, pidió ayuda o de cualquier manera intentó oponerse a la supuesta agresión y, por el contrario, Dennis Lorena atendiera sin oposición los variados requerimientos del procesado”.


En 1973, Kristin Ehenmark, cajera de un banco sueco se enamoró de Erik Olsson, el asaltante que la mantuvo retenida con sus compañeros por cinco días. La insólita reacción fue denominada síndrome de Estocolmo y desde entonces se utiliza para describir el vínculo emotivo que puede surgir entre una víctima y su atacante. “Los rehenes estaban de mi lado, me protegieron para que en ciertos momentos la policía no me disparara” recordaba Olssom. El término fue acuñado tras ese incidente de secuestro, pero también surge en otros contextos. En abuso infantil, violencia doméstica, proxenetismo o cualquier relación de dominación, puede darse la insólita reacción de aceptar, incluso apreciar, al victimario.


Siguiendo la rancia y desacertada lógica de Bustos y los magistrados españoles, que por la reacción de las víctimas consideraron inexistente la amenaza de agresión, si un rehén sufriera síndrome de Estocolmo, un secuestro se podría transformar en algo tan inocuo como una amigable invitación a quedarse al lado del criminal.


En ambos casos la justicia reconoció los hechos, les creyó a las víctimas, pero estuvo bien lejos de entender e interpretar adecuadamente su reacción ante el peligro. Los jueces están desactualizados en disciplinas comportamentales, en la comprensión de cómo funciona el cerebro. Siguen aferrados a la racionalidad del “code civil” napoleónico. La sanción prevista en la ley para cualquier ataque no puede depender de lo que hagan las víctimas. Así como el síndrome de Estocolmo no cambia la naturaleza ni la gravedad de un secuestro, ni debe disminuír la pena impuesta a los victimarios, en una violación, como señala Antonio Elorza, “no importaría siquiera que la víctima tuviese el complejo de Mesalina y gozara, ni que en sentido contrario sufriera una gravísima crisis psicológica por efecto de los hechos”, puesto que los agresores practicaron de manera consciente y eficaz la intimidación. 


El descache del magistrado Bustos puede ser demasiado costoso en Colombia donde una fracción importante de los violadores lo son casi por casualidad, precisamente porque capitalizan el miedo que producen otras agresiones suyas, como el atraco. Al ser amenazadas con un arma para despojarlas de sus pertenencias, muchas mujeres víctimas se asustan de tal manera que los criminales aprovechan para atacarlas sexualmente: predomina en ellas el instinto de supervivencia, un asunto demasiado arcaico e irracional para interesar a juristas iluminados. 





LV (2018). “Las 10 frases más impactantes de la sentencia a ‘La Manada’”: La Vanguardia, Abr 27

KR (2013) "Used and misused, the Stockholm Syndrome turns 40". KRMagazineAug 21

Laverde, Juan David (2017). “Controversia por un fallo sobre violencia sexual”. EL EspectadorNov 25

Elorza, Antonio (2018). “Crimen contra la mujer”. El PaísAbr 28