miércoles, 19 de marzo de 2014

En las FARC los hombres son los que escogen

Publicado en El Espectador, Marzo 20 de 2014

Fuera de restricciones reglamentarias y sabotaje informal a las relaciones afectivas, en la guerrilla existen mecanismos para forzar la promiscuidad. 


Zenaida, una desmovilizada, establece una distinción entre el compañero “con el que se está siempre” y las relaciones casuales “los días miércoles y domingo”. El sistema está institucionalizado y se lleva a cabo en el mismo lugar donde se imparte adoctrinamiento político. En el libro sobre su cautiverio, Ingrid Betancourt describe el esquema. “Había dos días de la semana en que los guerrilleros podían pedir permiso para compartir la caleta con alguien más: los miércoles y los domingos”. Son los hombres quienes presentan su solicitud al comandante. Si la elegida no acepta, el pretendiente tiene la opción de insistir. “Las muchachas podían negarse una o dos veces pero no tres a riesgo de hacerse llamar al orden por falta de solidaridad revolucionaria”. Una manera de evitar ser objeto pasivo del deseo varonil es convertirse en “ranguera” -emparejarse con alguien de rango, con un comandante- lo que además trae beneficios como “mejor comida, perfume, joyitas, aparaticos electrónicos y ropa más bonita”. 


Doris, otra ex combatiente, tuvo siete parejos en la guerrilla y anota que “en las FARC tenemos tres estados para las relaciones con alguien: el ‘novio’ sólo es para besitos, el ‘mozo’ es para tener relaciones los miércoles y los domingos, y el ‘socio’ que es con el que se duerme todas las noches”. Luis Eladio Pérez, también testigo cautivo, confirma la práctica. Las guerrilleras, según él, tienen que “prestar favores sexuales los miércoles y los domingos a sus otros compañeros, bajo el lema de que hay que cooperar y ayudar al desestrés y a que haya un mejor ambiente". Carolina, otra secuestrada, señala en su diario que “los guerrilleros se reúnen los miércoles y los domingos en la noche y hacen juegos y nosotros desde nuestro cuarto escuchamos sus carcajadas”. Aclara que cuando invitan a los secuestrados se hacen juegos sociales. 


Oscar, desmovilizado del frente 35, está tal vez pensando en esos divertimentos cuando afirma que “ellas ejercen cierto grado de su sexualidad. Porque son más los guerrilleros que las guerrilleras. Entonces comienza como una forma disimulada de prostitución. Muchas veces ‘que me escoja y lléveme para la comisión que usted va’. Entonces ya también uno aprende a manejar esas cosas. Sí, disimuladamente, porque eso no está permitido. La prostitución no está permitida dentro de las FARC pero se ejerce. Se tapa o se disimula con otras formas ".


Hace unos años un ex fariano contó en SoHo su versión del evento bisemanal anotando que eran encuentros siempre consensuales. Con respecto al déficit de compañeras aclaró, con una extraña aritmética, que “al menos hay las suficientes como para satisfacer la demanda sexual de parte y parte”. La tozuda realidad de sólo tres mujeres por cada siete varones no se puede evadir con maromas mentales ni con imaginativos esquemas para presionar la rotación de parejas. Como los paras, los narcos y los esmeralderos, la guerrilla colombiana ha recurrido a la fórmula ancestral de casi cualquier ejército masculino, la prostitución. Los arreglos específicos varían: hay testimonios desde un sistema como el de Pantaleón y las visitadoras hasta la estrategia de las redimidas, pasando por el típico burdel. “A veces vienen con el uniforme y el rifle. Son muy tiernos y nos tratan con mucha ternura. Se sienten solos como nosotras”, dice Estela, una de las 300 mujeres que atendían en los doce prostíbulos de San Vicente del Caguán. La práctica está tan asimilada que Carolina menciona en su diario unos guerrilleros “discutiendo acerca del sexo oral, y uno de ellos les explicaba a los otros que eso era sexo por horas”. 


Las peculiares relaciones de pareja en los grupos armados colombianos no despertaron la curiosidad de los historiadores oficiales del conflicto, que prefirieron adoptar las doctrinas internacionales en boga. Pero para la reinserción de ex combatientes en una sociedad machista habrá que lidiar con las secuelas de estas costumbres sexuales no sólo mucho más machistas sino camufladas con retórica de igualdad de género.  



REFERENCIAS

Betancourt, Ingrid (2012). No hay silencio que no termine. Bogotá: Punto de Lectura


Pérez, Luis Eladio y Darío Arizmendi (2008). Siete años secuestrado por las FARC. Aguilar

Rodríguez, María Carolina (2008). Diario de mi cautiverio. Bogotá: Editorial Norma

Rubio, Mauricio (2013). "No llores por Tanja, Colombia. Mujeres en el Conflicto Armado". Documento de Trabajo 12. Bogotá: Fundación Ideas para la Paz


PRENSA

Caracol Radio (2009). "Las niñas son explotadas sexualmente dentro de las Farc". Noviembre 18


Reuters (2001). "Un paraíso de prostitutas", Mayo 30



Mujer de temple de acero
Y botas que nunca descansan
Son luchadoras del pueblo 
Llevan el pueblo en el alma 

En lo alto de la sierra
A veces lluvia y a veces sol
Noches oscuro, noches de luna
Siguen marchando con decisión

Por siempre femeninas 
Siguen cuidando de su belleza
Y si el enemigo se aproxima 
Como un varón demuestran destreza

Van cultivado esperanzas
Recogerán libertad
Con política y con armas
Al proceso aportan ya

Venciendo las tristezas
Su corazón vive contento
Camina en barro y no le interesa
Sabe dormir a monte abierto

Sufre y no le interesa
Al sufrimiento le da respuesta
Habla de cambuche y de caleta

Pa combatir vive dispuesta